Carlos Alnerto Mejilla y el bicho raro.

Cada capítulo de este cuento, es escrito por una persona diferente, de manera tal que la historia se desvirtúa según el escritor. Los primeros dos capítulos ya están hechos. Cuando continúe seguiré postiándola.

Parece re serio y es una pelotudez

Cap. 1- Por Camila Ostuni


Volando sobre una nube de algodón se encontraba un bicho raro. Tenía dos ojos chuecos y manos de sapo. Expulsaba un hedor que causaba dolor.
El bicho raro no podía sentir amor, ya que un malvado brujo su corazón machacó.
Un buen día mientras el bicho raro caminaba, frente a sus ojos vio una bicha rara. Le pidió se número de teléfono pero ella muy pobre era. Solamente tenía una lata oxidada. Al verla vestida como linyera y peinada como una rata, sintió lástima por ella y le besó una nalga.

Cap. 2 Por Rocío Di Gregorio. (Osea Yo)

Mientras tanto triste estaba en su casa Carlos Alberto Mejilla con la espalda lastimada.
Su espíritu autoflagelante le trajo serios problemas de espalda.
Había visto varios médicos y le resetaron sedantes, ya que mientras Carlos Alberto estaba despierto solía cortarse la espalda.
Éra un hombre muy depresivo, su persona siempre había sido poco valorada. Lo cargaban por su apellido, mientras el lloraba y lloraba. Hasta que descubrió un nuevo método y decidió autoflagelarse, pero pronto su vida estaba por volverse un poco surrealista.
Un día Carlos Alberto Mejilla, biólogo egresado de la UBA, encontró un bicho y una bicha medios raros.
Los tomó y los puso en el microscopio óptico y gritó muy fuerte. -PERO QUÉ BICHOS MAS RAROS!
El macho tenía los ojos chuecos y manos de sapo, mientras que la bicha tenia pelo de rata vestía de harapos.
Los puso en una cajita con pastito y una camita matrimonial de Barbie, se preparó un café y se fue, así como si nada.
Luis Alberto un hombre muy complicado, pero ahora su vida se había transformado, en un sueño raro con bichos, con bichos un poco raros.