Cap. 2
Pucho siguió su camino, buscando a la bruja del mal para que le consiga un suicidio exitoso.
Caminó dia y noche, tardes y mañanas, albas y ocasos para encontrar el rancho putrefacto de la bruja Mandinga, (así le vamos a decir porque ya me olvidé el nombre).
Un día Pucho caminaba como pisando soretes porque estaba paspado y se crusoó a un chico con anteojitosm¡, cara de pelotudo y una cicatriz en forma de rayo. Tenía el pelo negro todo sucio y parecía un poco desorientado.
- Que os paso en la frente?- Preguntó Pucho galante - Os han dado una piña por tener cara de idiota?
- Lo qué?- Preguntó el chico- Yo soy Harry Potter, y estoy buscando mi varita que se me perdió.
Pucho muy audaz supo la respuesta instantaneamente.
-Tu trasero tiene una protuberancia o allí se extravió la varita?
Harry entre avergonzado y agradecido se sacó la varita del trasero y comenzó a agitarla en el aire.
- Te consederé tres deseos- Dijo Harry
- Bueno dale.
- Primero quiero, que te cortes los ojos y te quedes ciego. Segundo que te cortes las manos y te quedes manco. Y tercero que te metas la varita de donde la acabás de encontrar y no me rompas mas las pelotas.- Dijo violentamente Pucho.
Harry decepcionado cortó sus ojos, con un movimiento de la varita, se cortó las manos e introdujo la varita en su trasero. Luego de hacer esto, volvió a la lámpara de donde había salido.
Pucho tomó la lámpara.
- Esta porquería no vale mas de 2 patacones.- Y dicho esto pateó la lámpara.
Aunque llueva, nieve o truene, Pucho sabía que iba a estar de pie.
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